domingo, 13 de mayo de 2007

Los ronquidos, un síntoma, no una enfermedad

Un gran porcentaje de la población mundial ronca, preponderantemente los hombres. En principio es un problema nimio, total a mí qué me importa, pues nunca me he escuchado roncar. Pero el problema es del acompañante toda vez que el roncador social severo simplemente no le permite conciliar el sueño o tener un sueño reparador, al extremo que afecta seriamente la convivencia, con su secuela de reproches, mal humor, disminución de afecto y respeto entre los convivientes.

Roncar no es una enfermedad sino un síntoma, pero detrás de unos simples ronquidos hay muchas veces una enfermedad ya declarada o en cierne. Los ronquidos se originan por obstrucción de las vías aéreas que impiden una normal respiración y oxigenación durante el sueño debido a colapso de las mismas, lo cual puede obedecer a diversas causas que sólo el médico está calificado para determinar.

La enfermedad a que nos referimos se denomina apnea de sueño obstructiva y comprende un menor suministro de oxígeno al cerebro y a la sangre durante los eventos de apnea debido a la obstrucción de las vías aéreas. El roncador que sufre de esta condición interrumpe su normal respiración por varios segundos muchas veces durante el sueño y, sin darse cuenta ni acordarse al despertar, su organismo hace cada vez grandes esfuerzos por reponer el suministro de aire, todo ello con una cacofonía de ronquidos sin partitura. Se produce así un sueño fragmentado que dista mucho de ser reparador y en consecuencia suele amanecer con cefaleas y/o reflujo gastroesofágico y, especialmente, se mantiene en un estado de somnolencia durante todo el día.

La persona que presenta todos o algunos de los síntomas detallados a continuación es muy probable que ya sufra de apnea de sueño obstructiva y deba acudir a consulta médica a la brevedad posible :

· ronquidos severos
· boca seca al despertar
· necesidad frecuente de orinar durante la noche (nocturias)
· reflujo gastroesofágico nocturno
· cefaleas, generalmente leves pero molestas, al despertar
· somnolencia durante el día, al extremo de dormirse frente a un televisor o leyendo un libro, e incluso frente a un semáforo manejando un vehículo, acompañado muchas veces con desgano, mal humor, falta de atención en los quehaceres, irritabilidad
· disminución de interés sexual, por somnolencia y desgano
· depresión, como resultado de una baja calidad de vida
· hipertensión esencial, no atribuible a otras causas diagnosticadas

Se debe recordar que aunque se fuese un roncador habitual sin estos síntomas, roncar ya es por sí un aviso de alerta y que es conveniente anticiparse a una apnea de sueño obstructiva declarada y a sus secuelas consultando con un médico, ya que existen apneas de sueño asintomáticas. Estas son más difíciles de descubrir, pues la ausencia de otros signos aparte de los ronquidos dificulta su diagnóstico.

Apnea obstructiva del sueño
Síndrome de apnea del sueño e hipertensión